Los orígenes del Shiatsu se remontan a la Medicina Tradicional China que se lleva practicando por miles de años. Ésta ve el cuerpo como un sistema complejo de canales, o meridianos, por donde fluye la energía vital o Qi. Cuando esta energía se bloquea puede desencadenar desequilibrios tanto físicos como emocionales y llevar al desarrollo de enfermedades.
En el siglo XX el Shiatsu se desarrolló en Japón como una nueva terapia que combinaba tanto el enfoque de la medicina china tradicional como el enfoque occidental de la anatomía y fisiología. Su fundador, Tokujiro Namikoshi, creó un modelo sistemático en el que se utilizaba la presión de los dedos y manos, junto con otras técnicas para restaurar el balance del flujo de energía y aliviar dolores.
Hoy en día, el Shiatsu se practica en todo el mundo y se ha convertido en una forma “popular” de medicina alternativa y preventiva. A menudo se utiliza junto con otras terapias como la acupuntura, la fitoterapia, el yoga, para fomentar el bienestar de manera holística y natural.
“Tratamiento que, aplicando presiones con los dedos pulgares y las manos sobre determinadas zonas del cuerpo, corrige irregularidades, mantiene y mejora la salud, contribuyendo a aliviar diversas enfermedades y activando la capacidad de autocuración del organismo. No tiene efectos secundarios”.
Ministerio de Sanidad de Japón
Las sesiones de Shiatsu, en Japón, se realizan sobre un tatami, en occidente se suelen utilizar camillas. No se necesitan aceites ya que se realiza presión en puntos y zonas sobre piel cubierta. Por eso es recomendable llevar ropa cómoda, aunque algunos sitios ofrecen cómodos pijamas. Suelen durar entre 50 y 60 minutos, aunque varía según las necesidades del paciente, y se aconseja una sesión por mes para mantenimiento, y una o dos semanal para tratamiento, aunque puede variar según el caso.
A diferencia de otras terapias, el Shiatsu entiende al cuerpo como un todo, unido con el alma y la mente, un sistema interconectado. Por eso es muy eficaz en reducir el estrés porque calma el sistema nervioso parasimpático a través de una profunda relajación.
Algunos de los muchos beneficios asociados al Shiatsu son:
- Estimular el flujo linfático y sanguíneo a través de las movilizaciones y presiones en puntos específicos
- Mejorar la capacidad de movilidad de las articulaciones
- Aliviar tensión
- Relajar los músculos y reducir la presión arterial
- Mejorar la función del sistema inmunitario
- Aumentar la liberación de endorfinas, y disminuir la ansiedad y depresión
- Equilibrar el sistema digestivo, endocrino y reproductor